La Mercería de los Sueños Perdidos
| Amaral - El Mundo Al revés |
Hoy, regresando del trabajo, aislado con los insonorizadores en los que se convierten mis auriculares, me he fijado en una pequeña mercería que hay cerca de mi portal. Es una pequeña tienda, de grandes escaparates repletos de alhajas y baratijas hechos de cristal refulgente, paredes de tonos pastel y menudos expositores donde se ofrecen a los inexistentes clientes tanto todo tipo de objetos de inusitada delicadeza así como dulzones perfumes y sedosas prendas.
Siempre que paso delante de la tienda, siempre está vacía. Su dueña, una mujer que parece sobrepasar los 50, de cortos cabellos teñidos de un discreto tono cobrizo y vestida siempre con elegancia, se apoya sobre los goznes de la puerta de entrada de la que, seguramente fue su válvula de escape para intentar sentirse viva, esquivando la vaciedad de las rutinas que poco a poco la consumían.
Apoyada la imagino, en una de estas tardes pesadas del invierno castellano, mirando al cielo y pensando que la magia ya está muerta y con ella murió el mundo que hubiera deseado vivir. Pensaría que no hay estrellas en el cielo de Madrid, que no hay compañeras que la ayudaran a continuar soportando la insoportable carga en la que el tedio del día a día se había convertido contra todo pronóstico. "¿Dónde están las estrellas?" se preguntaría sin darse cuenta que las había perdido en el mismo lugar que sus sueños, absorbidos por las luces de la gran ciudad, perdidos entre las infinitas calles que conforman la capital y que, igual si mañana se dedicara a perderse por entre los más recónditos lugares, encontrara alguno de sus sueños… o quizás una estrella.