Mi Año Nuevo en Julio
| Mariah Carey - Underneath the Stars |
Es extraño, soy extraño. Yo, cuando llegan las navidades, hago un quiebro a la costumbre establecida y regateo lo común, ignoro los regalos y los propósitos de año nuevo, salgo en Nochevieja como si de una noche de tantas se tratara. Sin embargo, siempre que se acerca Julio, cuando el calor aprieta y las largas noches sudorosas se transcurren con soniquete del rotor del ventilador, yo comienzo a plantearme lo que todos se plantean seis meses atrás. ¿Qué hago con mi vida? ¿Cómo ha cambiado este año a mi forma de ser? ¿He perdido un año más de mi vida? Estoy seguro que me entendéis perfectamente pues, en mayor o menor medida, lo hacemos en algún período del año aunque quizás no todos en el mismo.
Una vez escuché una frase que dice que si, cuando repasas lo sucedido en un año, no sientes ni alegrías ni tristezas, es que ha sido baldío y yo, mirando atrás en este año, me doy cuenta de que no lo ha sido. He tenido mis alegrías pese a que haya habido goleada de las tristezas. No me quejo y tampoco es el victimismo inherente a mi punto de vista. Es tan sólo la mirada objetiva. Este año ha sido un año de rupturas y dolor, ha sido un año de encuentros, de conocer nueva gente, de olvidar la que durante los años pasados me ha acompañado. Ha sido un año repleto de "tranquilo, que yo te llamo" para después no recibir llamada alguna.
Y, mirándome mis rutinas a día de hoy, cuando en vez de, como siempre hago, tomar el metro de vuelta a casa tras salir del trabajo, he vuelto caminando hasta tomar el autobús que me trae por la M-30, me he dado cuenta de que, más que nunca, estoy solo en mi día a día. Rompí viejos lazos sin hacer nuevos, perezoso tal vez de encontrarme con lo mismo que me he encontrado y, en el propio regreso, me he sorprendido varias veces observando con ojos entornados de sana envidia a parejas de aspecto feliz, con esa sonrisa que parece saldrá volando en cualquier momento y ese abrazo unido con las frentes chocando mientras las miradas se clavan mutuamente.
Y, cuando el cielo se repletaba de grisazules y violetas, en el traqueteo del bus, he sentido ese nudo en la garganta que en estas ocasiones te regala la nostalgia. Este, ha sido un año de cambios, de rupturas y yo me he quedado un poco así, cambiado sin saber como lo he hecho y roto sin saber como remendarme, sorprendiéndome leyendo una declaración sincera en un diario que leerán personas a las cuales apenas conozco.