miércoles, agosto 18, 2004
El Silencio
| Ella Fitzgerald - Am I Blue |
Puede que, si hace algún tiempo leías esporádicamente mis lamentaciones y lloros, te preguntaras de el porqué de mi desaparición, puede incluso que echaras de menos ligeramente semejante ristra de despropósitos verbales y falta de originalidad. Bueno, supongo que al menos debería dar una respuesta a la interrogante.
Aquella noche del 31 de Agosto, repasando los últimos mensajes que había dejado improntados en este blog, me di cuenta de la cantidad de basura que escribía, viendo un continuo autocompadecimiento que parecía algo casi endémico en todo lo que escribía. Supongo que, por eso, dejé de escribir hasta sentirme con energías como para ver el lado más positivo de todo lo que me sucede.
Ahora creo que ha llegado ese momento. Sigo teniendo mis pequeños problemas que me azotan cada día pero, para bien o para mal, eso es algo con lo que siempre tenemos que enfrentarnos, pequeñas dificultades y obstáculos que se ponen en nuestro camino por el mero hecho de seguir con los mortales. Así que echando mano de ese espíritu olímpico tan propio de estas fechas y, aunque alejado esté por desgracia de las tierras atenienses, usemos un poco de ese concepto de superación tan deportivo y sigamos viento en popa, a toda vela, escupiendo pensamientos y opiniones.
Si has esperado ahí, creyendo en que volverías a leer algo, muchas gracias.
Puede que, si hace algún tiempo leías esporádicamente mis lamentaciones y lloros, te preguntaras de el porqué de mi desaparición, puede incluso que echaras de menos ligeramente semejante ristra de despropósitos verbales y falta de originalidad. Bueno, supongo que al menos debería dar una respuesta a la interrogante.
Aquella noche del 31 de Agosto, repasando los últimos mensajes que había dejado improntados en este blog, me di cuenta de la cantidad de basura que escribía, viendo un continuo autocompadecimiento que parecía algo casi endémico en todo lo que escribía. Supongo que, por eso, dejé de escribir hasta sentirme con energías como para ver el lado más positivo de todo lo que me sucede.
Ahora creo que ha llegado ese momento. Sigo teniendo mis pequeños problemas que me azotan cada día pero, para bien o para mal, eso es algo con lo que siempre tenemos que enfrentarnos, pequeñas dificultades y obstáculos que se ponen en nuestro camino por el mero hecho de seguir con los mortales. Así que echando mano de ese espíritu olímpico tan propio de estas fechas y, aunque alejado esté por desgracia de las tierras atenienses, usemos un poco de ese concepto de superación tan deportivo y sigamos viento en popa, a toda vela, escupiendo pensamientos y opiniones.
Si has esperado ahí, creyendo en que volverías a leer algo, muchas gracias.
