jueves, septiembre 09, 2004
Los Labios y los Gritos
| Ayumi Hamasaki - Rainbow |
Hace no demasiado a mi mente regresó el pasado. Una buena tarde agitada cuando sentados en un banco, esperando para unir nuestras voces con las de otros cientos para clamar las injusticias, a mi vera, yacía apoyando su carita de niña en mi pecho, medio ensoñada, con sus ojos cerrados, respirando con calma, pausada mientras se aferraba con fuerza a mis nudillos.
Apenas un par de horas más tarde, aquella niña de piel lechada, sonrisa fácil y cabello lacio, miraba con sus pequeños ojos pardos desafiante al grupo de antidisturbios que nos azuzaba a disparos mientras esta vez era yo, asustado, el que se asía con fuerza a su mano. Llovieron los disparos de goma, golpeando siempre a extraños que compartían nuestros llantos pero, aún hoy, estoy seguro que esos ojos fieros asustaron a las balas, sirviéndonos de escudo para poder deslizarnos entre callejas, dejándonos tiempo para, una vez lejos, besarnos muy mucho.
Hace no demasiado a mi mente regresó el pasado. Una buena tarde agitada cuando sentados en un banco, esperando para unir nuestras voces con las de otros cientos para clamar las injusticias, a mi vera, yacía apoyando su carita de niña en mi pecho, medio ensoñada, con sus ojos cerrados, respirando con calma, pausada mientras se aferraba con fuerza a mis nudillos.
Apenas un par de horas más tarde, aquella niña de piel lechada, sonrisa fácil y cabello lacio, miraba con sus pequeños ojos pardos desafiante al grupo de antidisturbios que nos azuzaba a disparos mientras esta vez era yo, asustado, el que se asía con fuerza a su mano. Llovieron los disparos de goma, golpeando siempre a extraños que compartían nuestros llantos pero, aún hoy, estoy seguro que esos ojos fieros asustaron a las balas, sirviéndonos de escudo para poder deslizarnos entre callejas, dejándonos tiempo para, una vez lejos, besarnos muy mucho.
