Dogmas y Recuerdos
| Johnny Cash - Thirteen |
Confieso mis pecados: Nunca he sido capaz de terminar un libro de Dostoievski, antepongo una canción de Björk a una sinfonía de Bethoven, conozco a Marcel Prust únicamente por el Flying Circus de los Monthy Pithon, cambio cualquier película de Alfred Hitchcock por una de Guy Ritchie y prefiero a Tezuka que a Mishima.
Y es que, los pecados de hoy en día se alejan de los mandamientos, son herejías con las que ultrajar a los sabios de barba blanca que nos indican que es cultura y que es subcultura. Los dogmas de fe que antes estaban asidos con fuerza en la religión, ahora los vivimos cada día, cada vez que alguien dice lo que vale y lo que no.
Habito en este mundo de iconos en el que nos definimos por gustos musicales, cinematográficos, literarios. Atrás quedan, envasados al vacío, pensamientos, sentimientos, sueños y metas. No hay tiempo, no hay salida. Habito en este mundo, convivo con millones de personas haciendo millones de cosas diferentes, un mundo plural, cercano, lejano, un mundo salvaje, un mundo civilizado.
En este pequeño pedazo de nada, perdidos en ningún lugar, nadie se pone de acuerdo y yo, de madrugada, escucho a la ciudad. No a la gente, no sus conversaciones, sus vidas, sus pequeñas vanidades, sus pequeños recodos desde donde buscan la esperanza, sino a la ciudad, sus pulsos, el vaivén del tráfico, los árboles bailando la danza que el viento les impone en algún escondido parque municipal, los gatos que huyen maullando de no sé qué amenaza. Me relajo. Respiro. Recuerdo y sonrío recordando y me dejo llevar por el
"I was born in the soul of misery, Never had me a name, They just gave me the number when I was young"