Vacíos
| Bebel Gilberto - Samba e Amor |
Últimamente barrunto un pensamiento, una idea bastante tópica y, más que típica, habitual. Siempre, en todo momento, tenemos la sensación de que nuestra vida está repleta de vacíos aunque luego, cuando miramos la vista atrás nos damos cuenta de la cantidad de cosas que nos han sucedido, que hemos vivido. Por ello tal vez, buscamos con anhelo encontrar una forma de llenarlo.
Al poco tiempo de ganar consciencia, apenas en la infancia, nos damos cuenta de que nuestros padres no son suficiente y buscamos llenar el vacío en amigos y amistades para, después, darnos cuenta de que tampoco es suficiente. En la adolescencia nos ponemos a buscar pareja, el amor, la pasión. Sin embargo, una vez lo encontramos, vaya bien o vaya mal, acabamos por darnos cuenta que tampoco es suficiente. Si no va bien, se buscan las metas, los sueños, el dinero, la fama, si va bien, el vacío se intenta llenar con los hijos.
Sin embargo, tampoco será suficiente. Los hijos crecen y te dejan atrás por más que te cargues tus hombros para hacerlos salir adelante, las metas y sueños se alcanzan o quedan lejanos e imposibles y entonces llegan las crisis, los desengaños y poco a poco uno se acostumbra y asimila que, en realidad, vivir no es más que ir llenando esos pequeños espacios huecos de la vida con recuerdos para después llegar al verdadero vacío: la muerte.